Celebración. Los Fabulosos Cadillacs (LFC) y un humilde recorrido por una impresionante historia que celebra 40 años.
Una verdadera familia. Picardía, estilo, música. Personalidad. La banda nacional que pisa fuerte desde 1985 cumple 40 años. Ska, reggae, rock, salsa, candombe-murga, arte, historias de vida, experiencias, secuencias, situaciones, mirada social, contestaria, revolución, Argentina, Sudamérica, América, un combo que sacudió la escena. Y aún la cautiva.
La historia se cuenta sola, el 19 de enero de 1985, Los Cadillacs ´57 un grupo de amigos que primero se formó como tal, y con el tiempo se proyectó como una banda de música, tocó por primera vez en Vía Fellini, un local de Mar del Plata, y el 27 hizo su segunda presentación en Aloha. Después haría dos shows más, uno en un casamiento.
Foto publicada en LFCRarezas
Estos primeros pasos apenas fueron el inicio del camino, y ya en marzo del mismo año, casualidad o causalidad estarían sonando para todo el país, siendo entrevistados por Tom Lupo quien transmitía en vivo por radio desde «La esquina del Sol», un mítico pub de Palermo, que gozaba de sus años de esplendor, y superando (para quienes no lo conocían) las expectativas. Es importante saber que durante todo su andar, la fortuna jugó de su lado, porque allí deberían haber estado «Los Twist», pero por cosas del destino la noche anterior se habían disuelto. Así, los Cadillacs empezaron a recorrer la ruta. Nuevo horizonte que no tardaría en desplegar sus alas, y viajar a las diferentes provincias, primero, y luego países vecinos.
Curiosidades. Los Cadillacs, que «llamativamente» contaban con siete integrantes, un look interesante, nunca visto por estas latitudes, mucha simpatía y elocuencia, se puede decir que se gestaron cuando Vicentico y Flavio pegaron onda. Con pocas horas de diferencia en llegar al mundo, y luego de haberlo hecho en el mismo hospital, el futuro bajista terminaría siendo novio de la hermana de quien sería el «fabuloso» vocalista. Y acá insistimos, la historia se cuenta sola. Cuando un día, llegan a un bar, el dueño entiende su onda, confía en ellos y hasta los adjetiva como «Fabulosos». Mimo que quedaría marcado a fuego.
Foto publicada en LFCRarezas
Innovación. Nunca un fracaso. Tampoco una discusión o una pelea. Artistas en absoluta y constante expansión. Por supuesto, no todo salió según lo planeado. Pero siempre resultó que salió. Y hasta a veces mejor de lo que esperaban, o en otro tiempo, pero salió. Se concretó y llegó. Pequeña gran parte de todo fenómeno. Mientras tanto, hubieron alejamientos, la incorporación de nuevos integrantes y otros, de por sí históricos, con nuevas funciones. Siempre en consolidación.
Escencia indeleble. La máquina aceitada. Cambio de aire. Y de nuevo. El trabajo causa efecto. Indefectiblemente siempre, ante cada disco de los 16 editados (entre de estudio, en vivo y recopilación), hubo un tema destacado, o más por supuesto, que citarlos serie entrar en un sinfin, al igual que nombrar cada disco «destacado», ya que todos tiene algo. Lo suyo. Pero todos a su manera son una pieza importante de la secuencia.
Con mayor y menor exposición, lograron destacarase en los ´90, incluso son la primer banda argentina en obtener un premio internacional para el rock de nuestro país tras ganar un Grammy como «mejor artista de rock alternativo latino».
La energía fluia. Y fluia. Intacta. Grabaron junto a destacados artistas internacionales. A su manera. Con esa impronta Cadillac de siempre. Colmaron estadios. Acá, allá y un poco más allá también. La lista de éxitos ya no entraba en un show. El sueño estaba cumplido y quiza había sido superado.
Después de 15 años de rodar, casi que se vieron obligados a parar. Los Cadillacs nunca se separaron, solo hicieron una pausa para retomar la senda de disfrutar. Así, después de lo que fue una especie de cierre de ciclo, regresaron con aire nuevo.
Desde entonces, la banda tiene aún más sangre Cadillacs. Sucede que con la incorporación de Florián Fernández Capello (guitarra) y Astor Cianciarulo (bajo y batería), hijos de… respectivamente, LFC supieron darle un nuevo giro o guiño a su diferencial sonido. Más poder. Más emoción.
Lo hicieron de nuevo. La combustión estaba. Está. Puros. Renovados. Con la energía característica. Y un poco más. Siempre juntos. Esa banda de amigos, ese grupo de música, esa familia. Desde siempre «carnaval toda la vida» y por 40 años más.
Y me extiendo una línea, mientras giran por Latinoamérica (y se preparan para hacerlo por Europa), se espera que toquen en abril en Buenos Aires, luego el tiempo dirá si repiten… mientras tanto, «Oh, oh-oh-oh-oh; Oh, oh-oh-oh-oh-oh
Oh, oh-oh-oh-oh; Oh, oh-oh-oh-oh-ohoh»…
