Jorge Núñez, docente, historiador e investigador del Conicet editó recientemente un libro dedicado a Los Piojos, en el que abarca desde sus inicios hasta el año en donde la banda explotó masivamente. “Los Piojos, una historia documentada – Parte I”, tal como se tituló el flamante documento desanda los primeros días de la histórica agrupación, como fue la incorporación de Ciro Martínez, y como luego verían el éxito en forma arrolladora.
En exclusiva, Núñez habló con rockdelacalle.com.ar para brindar todos los detalles de su investigación y también para adelantar que esta publicación tendrá una segunda parte.
Para arrancar, es importante saber que Jorge nació en 1975 en El Palomar, situación que lo ubicó en tiempo y espacio muy cerca del origen de Los Piojos. Si bien su carrera y especialidad no son del palo del rock, el libro que abarca desde 1989 hasta 1997 surge desde la intención de “armar una biografía de Andrés Ciro Martínez, que fue una idea pre pandémica que nació en 2018 y todavía está vigente”, aseguró. “Hay biografías de grandes músicos de la Argentina… Charly, Fito, Spinetta, el Indio, Calamaro, etc… y Ciro merece su biografía. Es el único artista que llenó dos River con dos proyectos musicales distintos”, enumeró luego.
“Soy de Palomar y conozco a la banda desde los tempranos años ´90, este libro fue un poco un viaje a mi adolescencia también porque yo era plomo de una banda de rock”, recordó Núñez y detalló que “había dos banditas en el barrio, una se llamaba “Cerebros vacíos” y la otra “Los Piojos” y aunque había un poquito de pica, también había muchos vínculos entre ellos”.
Por ejemplo, “el primer cantante de Cerebros Vacíos era Pumpi, el hermano de Ciro. El bajista de los Cerebros era Lucas Rocca, el hermano de Pocho Rocca el histórico manager de Los Piojos, y hoy en día de Ciro y Los Persas”.
“Si digiese que soy un fan de Los Piojos estoy mintiendo, porque la verdad que producto de este libro he conocido a los verdaderos fanáticos y fanáticas”, destacó Núñez y agregó que por supuesto “fui un montón de veces a verlos”. No solo en clubes de Palomar, sino luego a Obras mientras que en la actualidad sigue yendo a ver a Ciro, reveló el historiador tras asegurar que en su casa suele escuchar Los Piojos y disfrutar de su música. “Hoy en día escuchó Chac Tu Chac que tiene 30 años y me sigue rompiendo la cabeza”.
Luego, sobre los primeros pasos de su investigación y en broma dice: “La hemeroteca es mi segundo hogar, voy muy seguido, entonces en mis ratos libres empecé a pedir revistas de fines de los 80, no de rock específicamente, pero por ejemplo Cerdos y Peces, Rock en blanco y negro, Semanario o El Porteño que era una revista con un nivel cultural impresionante”.
El siguiente paso sería armar una “carpetita en mi compu, “Libro Andrés Ciro” y empecé a guardar material ahí”. Algunas fotos de las citadas revistas, y otras anotaciones fueron los primeros archivos ingresados “sin tanta idea o planificación central sino de ir acopiando material”. Después de un tiempo de “pandemia, bibliotecas cerradas casi un año y pico, eso me frenó mucho el trabajo”. Al cerrarse las bibliotecas “empecé a buscar mucho en la web… pero después de un tiempo sentí que estaba estancado, tenía el tema ahí en la cabeza pero no podía avanzar, ya que del periodo que abordo en el libro hay muy poco en material en la web”.
Por esto, “empecé a hacer contacto todo vía Facebook o Instagram”. Así, “contacte a los tipos que organizaban el festival en Francia ´91, donde tocaron Los Piojos e iba avanzando así, de asaltitos”. Luego, confiesa que “en un momento, un día, estaba algo empantanado (y no avanzo con la biografía) voy a escribir un artículo sobre “Los Piojos”.
“Contacte a una editora de la revista “Todo es historia”, que tiene más de medio siglo, y le digo: “Che te coparía un artículo sobre la historia de Los Piojos”. Me dijo: Si, me encantan”. Entonces” ahí ya tenía un norte, un articulito sobre Los Piojos”. Bueno ese artículo término teniendo 160 páginas, y nadie me iba a publicar un artículo así, y en el medio, al mismo tiempo que iba juntando el material para hacer este libro, que básicamente es de archivo. Casi, 800 suplementos de rock, del “Sí”, del “No”, revistas de rock, un informe de inteligencia de la bonaerense y bueno, varias cosas”.
En resumen, todo está documentado, “todo lo que yo digo tiene una nota al pie, no son cosas mías y al mismo tiempo que iba copiando las fuentes que son la materia prima del historiador, fui leyendo los libros que había sobre rock, los libros en general sobre historia de rock argentino y los libros en particular sobre Los Piojos, me costó mucho conseguirlos, el primero era del 2004 y el segundo del 2014”.
A pesar de todo ese material, “no me llenaba, no me convencía, yo quería hacer una cosa más rigurosamente documentada”.
Sobre la estructura de su libro dijo: “Es absolutamente académica, e incluye quien habló antes sobre esto. Es un paso básico, elemental, por eso en el capítulo uno repaso las obras en general y me meto con esos dos libros, que realmente me parecen (sobre todo el último) muy flojos”.
“Por supuesto también dejo asentada mi posición, ya en la página 1 habló que el trabajo parte de una investigación mayor sobre el líder histórico de Los Piojos”, aseguró y agregó: “Porque hay todo un debate sobre los miembros fundadores y a mí me parece con todo respeto una discusión al pedo. Digo, Los Piojos son Los Piojos a partir del ingreso de Andrés Ciro Martínez, y hoy es el líder de Ciro y Los Persas, y los vas a ver y la gente canta temas de Los Piojos, y que salga Ciro y todo el año es carnaval”.
Saliendo de la polémica y volviendo al libro, “había días de 5 o 6 horas buscando y me volvía sin una línea”.
Luego el texto desanda el “año por año, con todos los destacados”, y los pormenores, con lujo de detalles los cuales quedan para los lectores del libro.
Además, Núñez recordó: “Era difícil encontrar cosas, tenían bajo perfil… lo primero lo encuentro en el Sí, pero después descubro que el No! Les había dado espacio antes de ser Los Piojos”. El Sí les da espacio cuando ya no lo pueden obviar, cuando es un fenómenos de masas, en cambio el No, les da mucha más bola desde temprano. Les hacen entrevistas, coberturas… y eso me aportó un montón de cosas”.
Y destacó que: “Hay algo que pongo en la introducción sobre el divorcio que hace el mundo del rock, las encuestas que hacían los suplementos de rock más importantes y la realidad Piojosa, la realidad de la banda”, subrayó Jorge y agregó: “Esto es muy importante aclararle a la gente, esas encuestas eran telefónicas, se llamaban a músicos y productores, y les preguntaban mejor banda, mejor show, banda revelación, mejor disco, mejor canción y era nacional e internacional… ahora bien, estas encuestas supongo que el mundo rockero las miraría con mucha atención”.
En esta historia piojosa “hay ciertos hitos que marcan todos y uno de ellos es que, en el año 89, el Indio Solari y Skay Beilinson (dos figuras de la ostia del rock) votan a Los Piojos como banda revelación. Los habían visto en Villa Gesell tocando”. Después, “en el ´90 los vota Ricardo Mollo, y a partir del ´91, que votan “Yira-yira” (cover del tango de Discépolo) como mejor tema, empiezan a desaparecer de las encuestas literalmente”.
“Al punto tal que en el años 95, votan más de 200 músicos y productores, en las encuestas del Si! y del No! Reciben un voto”, añadió para detallar: “De Adríán Otero (cantante de Memphis La Blusera) por la canción “Pistolas”, mejor tema. Que quiero decir con todo esto… que si nos concentramos como única fuente exclusiva las encuestas del Sí! Y del No! Los Piojos eran inexistentes, mientras que veo por abajo la realidad y Los Piojos no paran de crecer. Para el ´95 revientan Arpegio viernes, sábado y domingo…lleno total, 10 pesos la entrada”.
En conclusión, “en este período que yo abordo nunca pararon de crecer, jamás. Fue un crecimiento sin prisa, porque no es que meten un hit, nunca pararon de crecer. Son una máquina compacta y empiezan a tocar en las diferentes provincias, es muy interesante”.
Por último, adelantó sobre la segunda parte: “veremos la investigación lo que me depara, hasta el momento no paran son máquinas de laburar, de hacer temazos y grabar grandes discos…he recibido tanta buena onda de la gente que leyó el libro que ya me preguntan por la segunda parte. Obviamente ya empecé a pensar la idea originaría, y es que vaya del 98 al 2003, bajo la misma metodología de documentar hasta la exhaustividad todo lo más que pueda”.