Los cantantes españoles se presentaron en el flamante microestadio y repasaron una extensa lista de clásicos que marcaron una huella en la música hispanoamericana.
Se fue la segunda de la tercera gira juntos. Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina desplegaron todo su talento, en el inmejorable Movistar Arena que estaba colmado, en una noche a pura emoción.
Con una introducción animada narrada por Ricardo Darín, que habla sobre la migración de las aves, en referencia a las giras “Dos pájaros de un tiro” (2007) y “Dos pájaros contraatacan” (2012) empiezan los chistes, bromas políticas y “palitos” entre los cantautores españoles, que desde siempre confesaron ser “porteños”, y repasaron una extensa lista de clásicos que marcaron una huella en la música hispanoamericana. Además, se florearon con formidables tangos como “Mano a Mano” de Carlos Gardel.
La voz de ambos (a Joaquín ya lo conocemos) está intacta, se los ve bien y enteros, y así lo demuestran durante las 3 horas (sí, 3 horas sin parar) que dura el show. Comenzando en forma puntal, Serrat y Sabina (siempre con su bombin) salieron a este nuevo y bienvenido escenario (de nivel internacional) con una fuerza arrolladora y su característica onda para hacerle sentir a los presentes que la juventud es solo una cuestión de actitud. Acompañados por una excelentísima banda, le marcaron el ritmo a las emociones que viajaban entre nostalgias y risas.
Con su habitual tono, entre tema y tema, ambos artistas interactuaban (juntos y separados) con el público que no solo disfrutaba de sus canciones preferidas, sino también se divertía con este humor desenfadado, irónico y atrevido. De a poco llegaron, con sus anécdotas incluidas, canciones como “Lucía”, “Mediterráneo”, “Princesa” y «19 días y 500 noches» que hacían bajar aplausos interminables. Luego de esto comenzó la “pica” entre el Catalán y el ubutense. Entre chistes y acusaciones cruzadas, la amistad se terminó fundiendo en un “pico” y a partir de acá, las bromas eran compartidas. Por ejemplo, todo el arco político (España, Argentina y el mundo) tuvo se mención al igual que el indefectible paso del tiempo.
De esta manera, daban pasó a históricos hits como “Con la frente marchita” debido a que «antes de venir por primera vez a Buenos Aires yo ya era tanguero», confesaba el Flaco, y más tarde llegaría un mimo de “Nano” para la gente con «Nanas de la cebolla» (poema escrito por Miguel Hernández) que según contó el propio catalán, en 1972 lo grabó en su disco con música de Alberto Cortez (1940-2019) y por eso le agradeció a este último que se nos fue el pasado 4 de abril.
Siempre burlándose del inexorable destino, y a pura energía, estos monstruos hicieron levantar de su silla a toda la gente con estas bombas: «Y nos dieron las diez», “Hoy puede ser un gran día”, «La del pirata cojo» donde los dos salieron con sus respectivos disfraces, «Cantares», «Señora», «Y sin embargo» sumado a «No hago otra cosa que pensar en ti», solo por nombrar algunos.
En esta sintonía, fue Sabina quien se hizo cargo de «Paraules d’amor», canción de Serrat, que Joaquinito interpretó en catalán luego de varios chistes. Después de lo que parecía el final llegó el cierre, y el público que disfrutó cada segundo de la noche se fue cantando «Aquellas pequeñas cosas» y “Fiesta”.
Con la misma energía que arrancaron, los españoles y porteños se despidieron de su público, listos para lo que queda del resto del tour “No hay dos sin tres” que los tendrá dos fecha más en Capital, una en Córdoba y luego continúa por Uruguay, Paraguay, Cosa Rica y México.
Fuente: Diario Show